Como dice el nombre, la “autoproducción” es una alternativa en la que el consumidor genera y consume su propia energía, pudiendo suplir parte de su demanda o suplirla en su totalidad.
Es una forma inteligente de aligerar la carga sobre el sistema eléctrico, el bolsillo de los consumidores, y ha ido ganando fuerza en los últimos años impulsada por empresas e industrias que buscan, además de reducción de costos, estabilidad y alternativas que contribuyan al desarrollo sostenible de sus negocios.
Los consumidores clasificados como autoproductores pueden estar en el mercado cautivo o libre y recibir autorización para producir su electricidad para su uso exclusivo.
Ventajas de la autoproducción de energía
Entre los principales atractivos de esta modalidad se encuentran:
- Reducción de costos
- Calidad
- Estabilidad del suministro
Previsibilidad de los gastos: es posible tener una estimación del gasto de energía durante la vigencia del contrato, una protección contra la volatilidad de los precios del mercado cautivo, en la que el consumo es directo del distribuidor al que está conectado el consumidor de acuerdo con su ubicación geográfica.
Reducción de costos: valores más bajos en el mercado debido a gastos estimados y negociación anticipada de valores en contratos a largo plazo.
Sostenibilidad: además de garantizar la autosuficiencia, los consumidores pueden comprar energía de fuentes renovables, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero y colaborando con los objetivos y protocolos de sostenibilidad.
Incentivo a la tecnología: la adhesión a fuentes flexibles en contratos a largo plazo colabora con la construcción de nuevos parques de generadores renovables. Así, se mueve la cadena de producción de energías renovables, que benefician tanto a la economía como a la sociedad.
Venta de energía excedente: con el modelo de autoproducción, el consumidor libre puede vender la energía excedente generada.
Cómo funciona: modelos y cargas
La autoproducción puede tener lugar a partir de cualquier fuente de energía (con ventajas adicionales para las renovables, como la eólica o la solar) y de dos formas distintas: la primera y más conocida se da cuando la generación y el consumo tienen lugar en la misma ubicación física; el segundo, cuando ocurren en diferentes lugares.
Autoproducción contigua (in situ o dentro de la valla)

La mayor parte de la modalidad, con el 77% de representación, es cuando la generación y consumo de energía tienen lugar en un mismo lugar.
Aquí, parte de la energía no pasa por el medidor y no se utiliza el sistema de distribución ni el Sistema Interconectado Nacional para transportar electricidad.
Autoproducción remota (o fuera de la valla)

El autoconsumo remoto se caracteriza cuando la planta se encuentra en una ubicación diferente al punto de consumo. En este caso, el autoproductor utiliza las redes del Sistema Interconectado Nacional.
Generación compartida
También existen modelos corporativos que permiten a una unidad generadora distribuir energía entre varios miembros, a través de un consorcio, cooperativa o condominio.
Historia de la autoproducción
A pesar de la evidencia de los últimos años, la autoproducción no es nada nuevo. La primera década del siglo XX aparecieron los primeros sistemas de cogeneración en todo el mundo, una época en la que la producción eléctrica centralizada era poco común.
Fue en la década de los noventa cuando la autoproducción figuraba como tendencia, cuando las industrias electro intensivas invirtieron en la construcción de centrales hidroeléctricas en busca de una fuente más barata y cuando la modalidad fue regulada.
Sin embargo, con el aumento de las restricciones ambientales para nuevos proyectos hidroeléctricos y el surgimiento del libre mercado, hubo una gran reducción de las inversiones en autoproducción, que comenzaron a regresar al mercado hace cinco años, impulsadas por la llegada de nuevos negocios. modelos, nuevas tecnologías – principalmente energía solar -, y la búsqueda de soluciones más eficientes y sostenibles a largo plazo, como el consumo de fuentes renovables.